Alberto Fernández, al igual que Mauricio Macri, se prepara para definir la pelea por la presidencia de la Nación en la segunda vuelta electoral. El candidato del Frente de Todos aseguró que “un número importante de votantes de (Roberto) Lavagna puede acompañarnos” en la segunda vuelta, al sostener que el electorado que respalda la postulación del exministro de Economía “es esencialmente un voto muy enojado con (Mauricio) Macri”.
La disputa por los votos que quedarán huérfanos en caso de que Fernández y Macri definan en balotaje el 24 de noviembre se agudizó en el inicio de la campaña. En el oficialista Juntos por el Cambio, el objetivo principal para sumar volumen electoral en la segunda vuelta son los votantes de José Luis Espert. Tanto que el Gobierno nacional acomodó a Alberto Asseff, del PNC Unir, como diputados nacional por la provincia de Buenos Aires en el lugar 11 de la boleta con la esperanza de hacer caer el andamiaje legal de la candidatura del economista. El otro cabo suelto es el presidenciable Juan José Gómez Centurión, quien se presenta como el postulante de los “celestes”, es decir, de quienes rechazan la interrupción voluntaria del embarazo.
Excompañero de gabinete de Lavagna en la gestión de Néstor Kirchner, Alberto Fernández, sostuvo en un guiño a los votantes de Consenso Federal que “hay una gran esperanza en nosotros. La gente confía en que las cosas pueden cambiar”, al advertir que “hay un gran desencanto de las empresas de todos los niveles que sienten que Macri ha sido una enorme estafa política”.
En declaraciones radiales, el precandidato presidencial del Frente de Todos puso de relieve que desde la nominación de la fórmula que integra con Cristina de Kirchner se logró “la adhesión de todos los gobernadores del justicialismo y de todo el sindicalismo”, a la vez que destacó como fundamental “el acuerdo con Sergio Massa” de cara a las próximas elecciones.
“No quiero criterios uniformes en el Frente, la diversidad en el debate es valiosa”, señaló.