Hace cerca de un mes, la cadena de supermercados Emilio Luque con 21 sucursales en cuatro provincias del norte del país, entre ellas Catamarca, se declaró en quiebra al anunciar que no cuenta con fondos para pagar los salarios de sus empleados ni reponer mercadería.
Miguel Zelaya, representante de los trabajadores, comentó en declaraciones a LV12 que la situación actual de sus representados como «muy crítica y cada día que pasa, empeora».
«No se despidió a nadie, seguimos conservando la misma cantidad, tratamos de garantizar los 1200 puestos de trabajo hasta último momento», señaló el delegado y precisó que les deben el sueldo de junio y el medio aguinaldo que debían haber cobrado en las últimas semanas.
Además relató que las sucursales continúan en horario normal, con ventas disminuidas por faltante («los ingresos son destinados a los sueldos»), el expendio vía tickets está suspendido y sólo se vende por medio de efectivo y tarjetas locales.
La firma Emilio Luque estuvo vinculada con la distribución de bebidas a fines de la década del 70 hasta que en 1992 abrió su primer supermercado mayorista en San Miguel de Tucumán, donde ahora tiene su casa matriz.
Desde entonces no paró de crecer y consolidarse en el norte argentino, incluso llegando en 2017 a realizar una fuerte inversión para la compra del Ingenio Concepción, el ingenio más grande de Tucumán y el segundo más importante a nivel nacional.
La empresa posee veintiún sucursales: ocho supermercados, siete mayoristas, cuatro autoservicios mayoristas y dos minimercados distribuidos, en Tucumán (13), Santiago del Estero (4), Salta (1) y Catamarca (1).